¿Vivir más o vivir mejor? El verdadero desafío del siglo XXI

Un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que, aunque vivimos más que nunca, pasamos en promedio 10 años con enfermedades o discapacidades. Es decir que alargamos nuestros días, pero no con salud.

¿Quién no quiere vivir más años? La humanidad ha sido exitosa en su sueño por alargar la vida. Mientras que a principios del siglo XX, un recién nacido tenía una expectativa de vida de 32 años en promedio, hoy supera los 70 años a nivel global y alcanza los 77,5 en la Argentina, según datos de la Organización Panamericana de la Salud.

Gracias a los avances médicos, las mejores condiciones sanitarias y la reducción de la mortalidad infantil, la tendencia sigue en aumento. En 2050 habrá 2.100 millones de personas mayores de 60 años.

El problema es que somos más longevos, pero también más frágiles porque, a medida que vivimos más, aumentan los casos de diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares, demencias y problemas articulares.

A la búsqueda del envejecimiento saludable 

Hoy se destinan millones para lograr que la longevidad venga acompañada de vitalidad, independencia y bienestar. En laboratorios de todo el mundo se prueban terapias para retrasar los efectos biológicos del envejecimiento. Una de las más prometedoras es la metformina, un medicamento usado contra la diabetes tipo 2 que está siendo evaluado por su posible capacidad para enlentecer el envejecimiento celular. Otro foco de estudio es el gen FOXO3, asociado a la longevidad y a una mejor función cognitiva en edades avanzadas.

Más allá de las investigaciones, los científicos coinciden en algo: el entorno y los hábitos pesan tanto como los genes. Las personas longevas tienen en común una alimentación equilibrada, vínculos sociales fuertes, movimiento diario, bajo nivel de estrés y poca exposición a tabaco o alcohol.

Por eso, aunque los avances científicos son importantes, cada uno puede asumir un compromiso individual con su envejecimiento. Aquí siguen algunos consejos del Instituto Nacional de Envejecimiento norteamericano:

  • Mantenete activo: mover el cuerpo todos los días es una de las mejores formas de cuidar la salud física y mental. No hace falta correr maratones: caminar, bailar o hacer jardinería también cuentan.
  • Comé bien: una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables puede proteger el corazón y el cerebro.
  • Dormí lo suficiente: el descanso reparador ayuda a mantener la memoria, el estado de ánimo y el sistema inmune.
  • Dejá de fumar: mejora la circulación, la respiración y la energía, y puede sumar varios años de vida saludable.
  • Moderá el alcohol: el consumo excesivo acelera el envejecimiento y daña el corazón y el cerebro. Lo ideal es limitarlo o evitarlo, especialmente después de los 60.
  • Entrená la mente: leer, aprender algo nuevo o jugar estimula la memoria y la concentración. Los pasatiempos creativos también fortalecen la salud emocional.
  • Cuidá tus vínculos: la conexión social protege tanto como una buena dieta. Llamar a un amigo, compartir una comida o hacer voluntariado mejora el ánimo y la salud cardiovascular.
  • Manejá el estrés: la meditación, el ejercicio o simplemente respirar profundo ayudan a reducir el cortisol, la hormona del estrés, que acelera el envejecimiento.
  • Pensá en positivo: tener una actitud optimista frente a la edad influye en la salud y hasta puede alargar la vida.
  • Y siempre: consulta a tu médico y hacete chequeos: las consultas y controles preventivos permiten detectar enfermedades a tiempo.

Como dice el catedrático español José Viña, referente en biogerontología: “No se trata de vivir 150 años, sino de vivir bien los 100 posibles”. 

Fuentes:Datos sobre Argentina de la Organización Panamericana de la Salud; Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS); artículo “Vivir 100 años y con buena salud” de El País, España; Artículo “Living Longer, Not Healthier: The Growing Gap Between Lifespan and ‘Healthspan’”; Estudio “Global Healthspan-Lifespan Gaps Among 183 World Health Organization Member States”; Artículo “¿Qué sabemos sobre envejecer saludablemente” del National Institute of Aging de Estados Unidos.

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