Vivimos en una sociedad que nos exige estar siempre «on». Parar está casi mal visto. «¿Cómo voy a descansar? Van a pensar que soy vago», «No puedo darme el lujo de no hacer nada». ¿Te suenan estas frases? Son trampas mentales que nos alejan de algo fundamental: el descanso.
Por aún: cuando no te permitís parar, tu sistema nervioso nunca baja al modo recuperación. ¿La consecuencia? Aumenta la ansiedad, se altera el sueño, baja la concentración y aparece el agotamiento emocional. A largo plazo, la falta de descanso debilita tu sistema inmunológico, aumenta el riesgo de hipertensión y puede preparar el terreno para enfermedades cardíacas.
Por eso, el ocio no es una pérdida de tiempo, es autocuidado. Se define como actividades que elegís libremente, que te generan disfrute y felicidad, y que pueden darle sentido a tu vida. Las personas que incorporan momentos de ocio en su vida reportan mayor satisfacción, mejor estado de ánimo y más energía.
Ocio en el día a día
No hace falta esperar a las vacaciones para disfrutar momentos de ocio. Todo lo contrario: día a día es clave incorporar pequeñas pausas que rompan con la exigencia constante. Por ejemplo.
- Interrupciones periódicas para moverte o cambiar de ambiente. Cada 90 minutos, levantate, estirá, caminá. ¡Reseteá el cerebro!
- Límites claros. Aprendé a decir «esto puede esperar».
- Pausas activas. Dedicá al menos 30 minutos a algo recreativo como escuchar música, leer, hacer un poco de yoga, pintar, escribir, cocinar por placer.
- Respiración profunda. Suena básico, pero cinco minutos de respiración consciente pueden bajar tus niveles de estrés de manera inmediata.
- Desconexión digital. Establecé horarios sin pantallas. Los límites entre trabajo y descanso deben ser claros.
Vacaciones sin culpa: cómo descansar de verdad
Las vacaciones deberían ser sinónimo de descanso, pero muchas veces las convertimos en otra fuente de estrés. «Tengo que aprovechar cada minuto», «Debería estar disfrutando más». Nos autoimponemos disfrutar al máximo y eso, paradójicamente, nos impide hacerlo.
Acá van siete claves para que tus próximas vacaciones sean realmente reparadoras:
1. Abrazá el detox digital: Revisar correos, contestar mensajes laborales o estar pendiente del celular impide que tu cuerpo y mente entren en modo recuperación.
2. Mentalizate antes de irte : Unos días antes de irte, intentá bajar el ritmo de trabajo. Cerrá lo que puedas cerrar, delegá lo que se pueda delegar.
3. Planificá vacaciones realistas. No quieras sacarle todo el jugo a cada día. El resultado va a ser frustración y estrés. Además, date tiempo para adaptarte. No todo el mundo se desconecta el primer día.
4. Cambiá el chip mental. En lugar de pensar «tengo que ir a la playa», «debería aprovechar para hacer ejercicio», probá con «me gustaría».
5. Combiná ejercicio y descanso. Moverte te va a ayudar a dormir mejor, pero también es clave descansar todo lo que puedas (evitá los madrugones si podés y ¡dale la bienvenida a las siestas!)
6. Reservá tiempo para vos. Si podés, aunque estés en familia o con amigos, reservate momentos para estar solo. Puede ser media hora de lectura, un paseo por la mañana, una siesta.
7. Ponete en modo “atención plena”. Prestá atención al aquí y al ahora. Si estás almorzando, disfrutá la comida, la conversación. Si salís a caminar, dejá el teléfono en casa.Las vacaciones son para estar acá.
Fuentes: Nota “Un estudio determinó por qué es importante dormir más de siete horas para la salud”, La Nación; Paper “Leisure as a context for active living, recovery, health and life quality for persons with mental illness in a global context”; Nota “El desafío de no hacer nada”, Infobae; Nota “¿Te estresan las vacaciones? Siete consejos para desconectar del trabajo y disfrutar del descanso”, La Vanguardia;




